martes, 16 de junio de 2015

EL RÍO NANSA


El rio Nansa atraviesa de sur a norte la Comunidad de Cantabria desde el Pico Tres Mares (que es límite con Palencia), a más de 1100 ms de altitud, y desembocando en el Cantábrico en el vecino municipio de Val de san Vicente tras atravesar las sierras de Pechón y Prellezo, en una costa rocosa y acantilada, que favorece la formación del estuario de Tina Menor.

Recorre 46 km en su trayecto de los cuales 9 km y medio corresponden a territorio de Herrerías. El tramo de este municipio pertenece a su cuenca media, y se caracteriza por una apertura mayor del valle y un remanso mayor de sus aguas. El río ha sido, históticamente, un recurso principal de este territorio ya que no solo sirvio como medio de superviviencia de una agricultura y ganadería tradicional, sino que fue protagonista por su uso como generador de energía en una incipinete industria de molinos y ferrerías, y una posterior explotación hidroeléctrica más tarde.

El río Nansa está incluído como espacio protegido la Red Natura 2000 con la figura de Lugar de Interés Comunitario (LIC) Río Nansa. En la Directiva se destaca la gran diversidad de habitats naturales y seminaturales que ha supuesto la intervención y los cuidados de su población y señala como taxones interesantes varias especies animales y de su vegetación.

Destaca la vegetación de ribera de saucedas y alisedas comparten espacio con una importanbte presencia de castaño y robledal, acompañadas de los importantes pastizales, brezales y acebedas, los bosques de ribera toman contacto con hayedos y robledales en áreas muy forestales, o ven ocupados las márgenes con prados Entre la fauna interesante relacionada con el río se encuentra el salmón, el desmán y la nutria, todos ellos ligados a riberas con aguas de calidad y bosques.

Tal ve el recurso natural más valorado sea el histórico salmón del Nansa, asociado a una pesca deportiva que ha ido viendo como algunas de las infraestructuras e instalaciones que se han realizado en el río fueron complicando su existencia. Recientemente, en el embalse de Palombera, que sirve de límite de Herrerías, mediante la colaboración de Acciona y la Confederación Hidrográfica del Norte, se ha instalado un "ascensor" que permite a los salmones remontar esta dificultad. 

Hay dos cotos salmoneros en este espacio con una gran tradición deportiva, Los Olios y Bejar, en el que cada primavera se pescan trucha y salmón hasta terminar el cupo, que suele ser entrado el verano.

martes, 9 de junio de 2015

CABANZÓN

 Cabanzón se encuentra a unos setenta y cinco kilómetros de Santander, la capital de la región y a 163 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 129 habitantes, 39 de los cuales viven en el barrio de Otero. En cuanto a su historia, Cabanzón ya aparece mencionada en el año 1111, en el Cartulario del Monasterio de Santillana del Mar. Por otro lado, a finales de la Edad Media, había en esta localidad vasallos de los condes de Castañeda, lo que indica que podría tener dependencia señorial. Durante el Trienio Liberal (1820-1823), formó parte del primer ayuntamiento de Val de San Vicente, pasando a Herrerías en 1835. Las fiestas de la localidad se celebran el fin de semana más cercano al 22 de julio, y la celebración que se realiza es en honor a Santa María Magdalena, inaugurándose las fiestas con un toque de campanas a las doce de la noche del viernes. La fiesta cuenta con romería y verbena. Entre su patrimonio destacamos la torre-fortaleza con barbacana, que servía de punto de control de los
caminos de Liébana a Val de San Vicente y de Asturias a San Vicente de la Barquera o Santillana del Mar, así como del paso del río Nansa, de finales de la Edad Media, y Bien de Interés Cultural, declarado desde 1992, su iglesia barroca, dedicada a Santa Eulalia de Mérida, una cruz de humilladero dedicada a la Virgen, y la famosa “Encinona de Cabanzón”, árbol singular por su edad. Destacar que perteneciente a Cabanzón es el núcleo urbano de Otero, barrio localizado encima de la localidad de Cades. Es un lugar que reúne las cualidades de los asentamientos arcaicos, premedievales, dadas sus características similares a la mayor parte de los emplazamientos de este tipo en el norte peninsular. Destacan los restos de su iglesia, dedicada a San Pedro, en las afueras del barrio, y de la que sólo se conservan algunas fachadas.

martes, 26 de mayo de 2015

RÁBAGO


 Rábago se encuentra a unos setenta y cinco kilómetros de Santander, la capital de la región y a 94 metros sobre el nivel del mar.
En 2008 (INE) contaba con 60 habitantes. Junto al río Nansa, en el pasado el río podía cruzarse en barca por este lugar.
Al igual que el resto de localidades de Herrerías cuenta con típicas construcciones populares cántabras, de piedra. Su distribución es dispersa, con una concentración de casas al pie de la carretera que se conoce como El Solar, y pequeñas agrupaciones en la zona alta que se distinguen por diferentes nombres como El Cerrao, El Corraluco, El Cotero...

En cuanto a su historia, sabemos que durante la Edad Media, formó parte de la Merindad de las Asturias de Santillana, y cuando se formaron los primeros ayuntamientos, durante el Trienio Liberal (1820-1823) Rábago, junto con Cades, Casamaría y Camijanes, formaron el primer ayuntamiento constitucional de Herrerías.
Las fiestas de la localidad se celebran 60 días después del Domingo de Resurrección, el día del Corpus Christi, aunque en la actualidad sólo se realiza la misa, sin contar con verbena desde hace años. Lo mismo ocurre con su otro patrón, San Ignacio de Loyola, que es el 31 de julio.

Entre su patrimonio destacamos la iglesia de San Ignacio de Loyola, fundada por la familia del Padre Rábago, la torre de Rábago, en ruinas, y una casa decimonónica con buhardillas de influencia francesa, junto a la cual hay un antiguo molino y una tahona.
El hito más importante de su ámbito es la famosa Cueva de El Soplao, cavidad de espectaculares formaciones geológicas entre las que destacan los techos y paredes de excentricas.
Rábago le da acceso a la carretera que sube a la cueva, y muestra en su trayecto  uno de los miradores más espctaculares del municipio y del valle, El Mirador de Rábago.

jueves, 30 de abril de 2015

EL CAMINO LEBANIEGO

La Celebración del Año Santo Lebaniego se inicia en el siglo XVI, tras la bula del Papa Julio II del 23 de Septiembre de 1512 que otorgaba el privilegio de la celebración del Año Jubilar Lebaniego, por la presencia, en el monasterio, del Lignum Crucis, la reliquia que Toribio de Astorga había traído de Tierra Santa, el trozo de la Cruz de Cristo más grande que aún perdura. por eso a los peregrinos del Camino Lebaniego se les conocía como “crucenos”, Peregrinos de la Cruz”, los que llegaban a adorar a la Cruz.

El Camino Lebaniego servía también de enlace a Santiago de Compostela a través de la Ruta Vadiniense y que va desde Fuente Dé hasta Mansilla de las Mulas, León, para llevar hasta Santiago de Compostela, y algunos de los peregrinos que toman este camino solo es un trayecto intermedio para su verdadero objetivo, que es enlazar con el Camino Francés de Santiago.

El trayecto del Camino Lebaniego suele repartirse en 3 o 4 etapas. La primera etapa es la que comienza en San Vicente de la Barquera y termina en la localidad de Cades o Puente El Arrudo, atravesando 9 km del municipio de Herrerías en un de trazado señalizado. 
El Camino llega a Herrerías compartiendo recorrido con la Senda Fluvial hasta la Central Eléctrica de Trascudia. Desde allí se asciende al Cueto del Collado, desde el cual podemos acceder al Mirador del Poeta. El trayecto por el encinar desciende a la vega de Camijanes y cruza el río Nansa por el Puente del Tortorio. 
Desde aquí tenemos tres variantes. La más corta es aprovechar la señalización del la Senda Fluvial del Nansa. La alternativa oficial sube hasta Cabanzón y desciende a Cades por la carretera. Y aún hay una muy interesante ascendiendo a Otero y pasando ante la ruina de San Pedro
La siguiente etapa abandona el territorio de Herrerías desde Cades por la CA856 en su camino hacia el Valle de Lmasón. 


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CASAMARÍA


Casamaría se encuentra a unos ochenta kilómetros de Santander, la capital de la región y a 99 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 69 habitantes (INE).

En cuanto a su historia, sabemos que Casamaría aparece documentada ya en la Edad Media, y que, junto con Camijanes, Cades y Rábago, formó parte del primer ayuntamiento constitucional de Herrerías, durante el Trienio Liberal (1820-1823).

Entre sus ilustres, se encuentra Gregorio Molleda, religioso del siglo XVIII, procurador en Roma del Cabildo de Lima para la canonización de Santo Toribio. También fue obispo de Cartagena de Indias y de Trujillo y arzobispo de Chuquisaca (Bolivia). Murió en 1765.

Las fiestas de la localidad se celebran el primer fin de semana de septiembre en honor a la Virgen de Loreto, tratándose de una fiesta popular en la que se bendice el “ramu”, pirámide de roscos de pan, adornada con flores y cintas que se porta durante la procesión, ofreciéndoselo a la Virgen, roscos que posteriormente se subastarán, y se bailan y cantan los picayos, danza popular de carácter religioso propia de la zona occidental de Cantabria, aunque hoy extendida. Hasta hace unos años también se celebraba una verbena por la noche.

Entre su patrimonio destacamos la iglesia parroquial, dedicada a la Virgen de Loreto, algunas construcciones típicas de la región (casonas) con algún que otro escudo, y el puente sobre el río La Pisa, entre otros.

IGLESIA DE SAN PEDRO


Esta Iglesia, hoy en ruinas, se encuentra en las inmediaciones del barrio de Otero, perteneciente al núcleo de Cabanzón, en lo civil, ya que en lo religioso esta iglesia tenía como matriz a la de San Juan de Cades, según se pone de manifiesto en un escrito de 1845. Es decir, entonces y ahora, Otero en lo eclesiástico era de Cades, pero en lo civil era de Cabanzón.

No existen dudas de su antigüedad, sin embargo, no se ha podido precisar su origen; lo que sí sabemos es que su edificación primitiva corresponde a un período anterior al que el estilo de sus ruinas actuales sugiere.

Algo que parece confirmado es que ya existía en el año 1090, puesto que existe un documento de donación de la misma por algunos habitantes de “Valdeceles” (hoy Celis) a la actual parroquia de Terán, entonces Monasterio de Santa Eulalia de Cabuérniga.

En esta iglesia se diferencian, al menos, tres momentos de construcción:

Un primer momento en torno al siglo XI, como atestiguan algunos canecillos de tradición románica, como una cabeza de cerdo y una serpiente, que representan los pecados de la gula y la lujuria, respectivamente, aunque ambos están ya fuera de la iglesia, en sus inmediaciones. También, en su interior, se puede observar una típica concha de peregrino esculpida sobre plinto, propia de esa época.

Un segundo momento, donde se construiría la iglesia que hoy se conserva en ruinas, es decir, donde se reconstruiría la iglesia, en torno al siglo XIII, de una sola nave y en la que en su muro meridional se abre la puerta de ingreso, con ábside rectangular y con arco toral apuntado y moldurado, cuya bóveda se encuentra derribada. Aún conserva levantada la espadaña de dos troneras, terminadas en arcos de medio punto. En la cabecera presenta otra puerta con arco apuntado.


El ábside era de planta cuadrada cubierta por bóveda de crucería con estribos oblicuos en sus ángulos exteriores.

Debido a la similitud estilística de este segundo momento, en el que la puerta de esta iglesia y la de Santa María o Nuestra Señora de la Asunción en Bielva son prácticamente idénticas, hace pensar que esta reconstrucción del siglo XIII está relacionada con la familia Rubín de Celis, los mismos que tuvieron privilegios y asientos en la capilla mayor de la iglesia de Bielva, donde podían ser enterrados. 

Un tercer momento se encuentra en el siglo XVI, en el que debió de abrirse la capilla lateral, seguramente sufragada también por la familia Rubín de Celis. Esta capilla, adosada a la nave, estaba cubierta con bóveda de crucería

En 1916 fue vendida a particulares por el Obispado de Santander, y desde entonces ha sufrido un proceso de abandono hasta su ruina actual. Debido a los saqueos producidos por su abandono, sólo se conservan algunos canecillos con relieves de motivos varios, sus paredes y algunas de las cubiertas abovedadas, pero el techo y la nave están hundidos, y las zarzas y una densa vegetación se han adueñado en su totalidad de dicho espacio recubriendo muros, nave y alrededores del templo.

martes, 21 de abril de 2015

CAMIJANES


Camijanes es la puerta de entrada a Herrerías si lo haces desde la costa. Se encuentra a unos 72 kilómetros de Santander y a 115 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 108 habitantes, de los cuales 41 pertenecen al barrio de El Collado, separado unos metros del núcleo principal.

En Camijanes encontramos el yacimiento de arte prehistórico de Barón (no visitable), con pinturas de punteos rojo, lo que nos indica que estuvo habitado desde el Mesolítico. Por otra parte, en cuanto a documentos escritos, Camijanes es la localidad documentada del municipio más antigua, pues en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, existe un escrito del año 951 donde aparece una donación de tierras en Camilianes que es su nombre antiguo.

Durante la Edad Media perteneció a la Merindad de las Asturias de Santillana, y en el Trienio Liberal (1820-1823), con la aparición de los primeros ayuntamientos, formó junto con Casamaría, Cades y Rábago, el primer ayuntamiento constitucional de Herrerías. Debió tener mucha importancia en su inicio ya que el topónimo municipal enlaza con la importancia industrial en torno a los siglos XVII y XIX, debido a que se trataba de un barrio de ferrerías

Las fiestas de la localidad se celebrar el fin de semana más cercano al 9 de agosto y la celebración que se realiza es en honor a San Román, tratándose de una fiesta popular, con romería y verbena.

Entre su patrimonio destaca su iglesia parroquial, dedicada a San Román, con un retablo del siglo XVII, la casa de un indiano de principios del siglo XX, el puente del Tortorio convertido en hito del Camino Lebaniego por ser el punto donde se cambia de orilla del Nansa, y la disparidad de sus barrios, como el de Trascudia, punto de encuentro de los dos sectores de la famosa “Senda Fluvial del Nansa”, y donde se encuentra una central hidroeléctrica.

PUENTE DEL TORTORIO


El Puente del Tortorio está fechado en 1761 según aparece en una inscripción en una de los sillares de su inicio: 

“Año de 1761 se izo es[te] puente acosta desta par(r)oquia. Dio de limosna d(o)n Domingo Perez Inclan 17000 rrs (reales) bellon por su anima y demas paternoste[r] y ave ma[ría] por los bienechor[e]s”. 

Se encuentra en la vega de Camijanes, concretamente en la carretera municipal que une esta localidad con la vecina Cabanzón. Junto con el Puente El Arrudo son los dos únicos viales que cruzan el río Nansa en el municipio de Herrerías.

Dicho puente consta de un solo ojo, formado por una bóveda  de cañón hecha de mampostería y sillarejo, que salva una luz aproximada de 18m con 3m de anchura. Está cimentada sobre la propia roca y presenta una labra tosca, salvo en la embocadura, a base de dovelas de tamaño uniforme que llegan a ser tangentes a la rasante en la zona más alta.

De planta recta, rasante alomada (a esa línea arquitectónica le llaman “lomo de asno” por mostrar la parte central del puente ligeramente elevada con respecto a los extremos). Destaca por su elevada altura, cuenta con estribos formados por material de relleno con los paramentos en mampostería y con zócalos de sillería homogénea bien labrada. Estos estribos se prolongan sobre ambos márgenes, entre cuyos intersticios crece vegetación.

Mediante una losa de hormigón sobre la que se asienta un firme moderno, se realiza la transición de la bóveda. Aunque tuvo un pretil de piedra, como observamos en las piedras de los arranques en los accesos, actualmente existe una barandilla metálica.

Aunque con poco tránsito rodado, ahora ha adquirido más importancia como trayecto senderista, ya que se encuentra dentro de los itinerarios del Camino Lebaniego, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO,  y de la “Senda Fluvial del Nansa”. Junto al puente está la salida del sendero que llega de la Central Hidroeléctrica de Trascudia, en Camijanes, en el margen derecho del río, y el puente sirve a ambos recorridos para cambiar a la orilla izquierda.
 
Desde el puente se puede contemplar los profundos pozos que se forman en la imponente pared vertical que los encajona, ya que a partir de este punto, el valle experimenta un fuerte estrechamiento. 

Junto al puente se encuentra el molino de Riaño, que ya existía hacia 1750. Además de harina de maíz, produjo energía eléctrica hasta mediados del siglo XX.

jueves, 16 de abril de 2015

LA ENCINONA DE CABANZÓN


Ya en los Catastros de Ensenada en 1753  se recogía la importante vegetación arbórea de interés existente en esta zona, y los encinares, acompañan en el paisaje de buena parte del territorio de Herrerías, ajustándose principalmente a los terrenos más árido y secos que suponen los más potentes afloramientos calcáreos. 
Su presencia en estas tierras son milenarias, y es posible que uno de los más antiguos ejempalres de esta especie que haya en el occidente de Cantabria sea el que encontramos en Cabanzón, junto a la Iglesia. 
Su envergadura (más de 10 metros de altura y 4 m de perímetro en su base) y su buen estado de conservación le han valido para ser incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de Cantabria, en donde está registrado con el número 45 con el nombre de La Encinona de Cabanzón. Siglos de historia local nos acompañan, nos vigilan desde sus ramas.

lunes, 13 de abril de 2015

BOLERA ROGELIO GONZÁLEZ, "ZURDO DE BIELVA"



Busto del Zurdo de Bielva
La bolera actual fue reconstruida y ampliada sobre una anterior más pequeña en 1947, sufragando los materiales el indiano Cortines y aportando el trabajo desinteresdo de muchos vecinos. Se encuentra en el centro del pueblo de Bielva, junto a la Iglesia de Santa María o de Nª Señora de la Asunción.

A lo largo de su historia este espacio no solo ha sido el escenario de muchos eventos deportivos, sino que siempre ha servido como lugar de numeroso acontecimientos festivos y sociales del pueblo.

Se construyó en honor a Rogelio González Vinoles, más conocido como el “Zurdo de Bielva”, destacado jugador de bolos, al que se homenajea en la propia bolera presidiendo uno de sus extremos un monumento con busto y placa conmemorativa.

A pesar de ser conocido como “Zurdo de Bielva”, Rogelio, ni era zurdo ni era de Bielva, pues sólo usaba la mano izquierda para jugar a los bolos, y había nacido en La Habana, allá por septiembre de 1896. Hijo de un “tablón” (gentilicio de Bielva) y una cubana, Rogelio se trasladó con sus padres a Bielva a los pocos meses de nacer, por lo que prácticamente no era tanta la mentira.

Bolera de Bielva
Su manera tan increíble de jugar al llamado Bolo Palma le convirtió en un mito, convirtiéndose en Campeón Regional en dos ocasiones (1941 con 786 bolos, y 1945, con 611 bolos) y Campeón de España en otras dos ocasiones (1945 con 542 bolos y 1949 con 646).

Falleció en marzo de 1960, y cada año, coincidiendo con el último día las fiestas de Bielva, se celebra el Memorial Zurdo de Bielva, que cumplirá este 2015 su vigésimo novena edición.

Tal era su fama que hasta Gerardo Diego o Jesús Cancio, le mencionaron en sus poemas:





Foto antigua en Bielva


ODA A LOS BOLOS, de Gerardo Diego
Quiero cantar los bolos. Que repique
mi verso duro y su rimar machaque
igual que bola en bolo y multiplique
la estaca seca y su furor no aplaque.


Canto la viril mano que se ahueva
y moldea la masa poco a poco.
Vuela ya, oh peregrina, hacia la meca
Sobre la muda exégesis del zoco.


Oh la bola en el cielo, oh la maraca
Silenciosa. Que nunca se desnuque.
Duerma aún de la órbita en la hamaca.
Clava el cenit, Josué, que no caduque.


Pero la ley, si dura, es ley. Su achaque
no perdona –oh dolor- ni al rey ni a roque.
Cumpliendo su sentencia de almanaque
rueda la esfera a sepultar su choque.


Bosque de invierno, el pálido tembleque
de los nueve emplazados. Cada chico,
se renueva la tala y el más jeque,
el embaque meñique no hinca el pico.


¡Potente Zeus! Raja el rayo seco
la cabeza del bolo que destaca
su honor central y el estampido hueco
se propaga en redor como una traca.


Y a la hora de la siega, ni el Templeque
de Sancho Panza se arma tal retrueque,
tal trigonometría y jeribeque.
Un mástil solo en pie le quedó al buque.


Oh música aldeana sana y rica,
juicio final de Josafat en bloque,
danza macabra de mi patria chica,
infierno y gloria del birbibirloque.


Oh tú, Mallavia, el del sublime saque,
Zurdo de Bielva, oh mago del emboque,
Vuestra elegancia príncipe hunde en jaque
a Fidias y a Mirón, nadie la toque.



El Zurdo preside su bolera

¡VOZ Y NERVIO DE LA RAZA!, de Jesús Cancio


El discóbolo griego redivivo
fija en el tiro la maciza planta,
tiende el brazo hacia atrás y se agiganta
de la esbelta parábola cautivo.


La bola, en arco trémulo y altivo,
al bolo da, su vertical quebranta,
y parte hacia el tablón con fuerza tanta
que es, más que un estacazo, un explosivo.


Y tiembla el corro, de emoción deshecho,
y desde el birle al tiro no hay un pecho
que no sienta su ritmo acelerado.


¿Quién convirtió con tan viril jugada
la aldeana bolera en olimpiada?
Es el Zurdo de Bielva, que ha embocado.

viernes, 10 de abril de 2015

OTERO



El núcleo de Otero es en realidad un barrio de Cabanzón, que se encuentra situado justo encima de la localidad de Cades. Tiene 39 vecinos (INE 2008). Su situación en un espacio alto y estratégico (que le da nombre) reúne las características que tenían los asentamientos arcaicos y premedievales.
Destacan los restos de su iglesia, dedicada a San Pedro, en las afueras del barrio, y de la que se conservan sólo algunas fachadas. De inicio mediaval cercano al románico, debió terminarse de modificar en el siglo XVI.

CADES



Cades se encuentra a orillas del Nansa, a 100 metros sobre el nivel del mar y ocupando una de las lindes sur del municipio de Herrerías. En 2008 contaba con 76 habitantes repartidos por un núcleo muy disperso de población

Su territorio tiene testimonios de ocupación desde la época prehistórica. Allí encontramos el yacimiento de arte parietal prehistórico de La Pica (no visitable), con pinturas de punteos en rojo, lo que nos indica que estuvo habitado desde el Paleolítico. Por otra parte, en cuanto a documentos escritos, sabemos que aparece ya en documentación de en torno al año 1000.

Durante la Edad Media perteneció a la Merindad de las Asturias de Santillana, pasando a depender de la Casa de la Vega a finales de esta época. Y, junto con Casamaría, Camijanes y Rábago, formó, durante el Trienio Liberal (1820-1823), el primer ayuntamiento constitucional de Herrerías.

Las fiestas de la localidad se celebran el fin de semana más cercano al 24 de junio y la celebración que se realiza es honor a San Juan Bautista, tratándose de una fiesta popular en la que se bendice el “ramu”(pirámide de roscos de pan, adornada con flores y cintas que se porta durante la procesión) ofreciéndoselo al Santo. Posteriormente, los roscos se subastan, y se bailan y cantan los picayos, danza popular de carácter religioso propia de la zona occidental de Cantabria, aunque hoy extendida a otras comarcas. Por la noche, se celebra una verbena hasta altas horas de la madrugada.

Cuenta con un patrimonio de gran valor .

Su valor principal responde a encontrarse dentro del itinerario del Camino Lebaniego, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por la disposición actual de las etapas, Cades se considera fin de etapa antes de iniciar el recorrido por el Valle de Lamasón.

También cuenta con uno de los patrimonios históricos e industriales más importantes de la región. El conjunto que reúne ferrería, molino, panera y la casa de los Rábago posee un alto valor por tratarse de ejemplos extraordinarios. La ferrería de Cades, reconstruida para su conservación y visita, se dedicó durante cerca de un siglo desde su inauguración en 1752,  a extraer el hierro al mineral y transformarlo en lingotes que luego eran usados por las otras industrias de esta materia prima. 

El nombre del municipio, Herrerías, es la demostración más palpable de la importancia que tuvo este tipo de oficios a partir del siglo XII en toda la zona.  

jueves, 9 de abril de 2015

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO, EN CASAMARIA



La Iglesia de Nuestra Señora de Loreto se encuentra en el “sitio de la ermita”, en la localidad de Casamaría.
Se trata de un edificio de origen medieval, como apuntan los canecillos, que por el nombre con el que se conoce al lugar, posiblemente fuese una ermita reformada en el siglos XVII, momento en que se haría el retablo, conservando de su primitiva estructura un ábside gótico del siglo XVI. Posteriormente, en 1948 fue ampliada por don Luis Gutiérrez Dosal, indiano afincado en Méjico que también fue promotor de la escuela de la misma localidad.
En su parte exterior cuenta con una torre a los pies y en el lado del Evangelio un pórtico abierto al exterior con arcos de medio punto. La capilla mayor, con canecillos en el exterior y cubierta interiormente con una bóveda de cañón, al igual que el segundo tramo de la nave. El primero, en cambio, lo hace con una insinuada bóveda de arista, y el tercero, donde está el coro de madera, con vigas de este material.
Adosada a la nave, nos encontramos, al lado de la capilla mayor, en el lado de la Epístola (el lado derecho de cara ala altar), la sacristía, y en el lado del Evangelio (el lado izquierdo de cara al altar), una pequeña capilla. Esta capilla se añadió en 1948, con la ampliación realizada por Luis Gutiérrez Dosal.
Su retablo mayor es de tipología pre-churrigueresca (antes de que se diera el estilo churrigueresco, estilo arquitectónico del barroco que llamaba la atención por su recargada decoración), junto con los de Camijanes y Bielva, siendo así estos tres de los más populares de este tipo que se conservan en Cantabria.

miércoles, 8 de abril de 2015

PUENTE EL ARRUDO


Puente El Arrudo es la localidad más pequeña de Herrerías, con una población que en 2011 alcanzaba los 13 vecinos distribuidos en media docena de casas dispersas. 
Su espacio se distribuye en los entornos de la carretera CA-856 y CA855, comunicando ambos orillas del Nansa a través del puente que le da nombre.


El Puente El Arrudo (cuyo nombre proviene del viejo término para los puentes de madera de construcción sencilla) acaba de cumplir un siglo de su construcción (1921/2021), sustituyendo a un anterior puente de madera levantado en 1855 con las aportaciones de muchos vecinos. Uno de los sillares del vallado de piedra que remata el puente en su tramo hacia Cabanzón muestra la grabación de la fecha de su terminación. 
El valor de este espacio durante gran parte del siglo XX fue de punto estratégico de comunicaciones para la comarca, ya que, además de ser una de las escasas infraestructuras que permitían la comunicación entre ambas orillas, el puente era una importante parada del autobús que hacía la ruta Pesués -Polaciones y que permitía a la gente de la zona, y de todo el valle, enlazar con el tren hasta Santander.
Eso supuso que, durante décadas, el entorno del puente tomase protagonismo como espacio de encuentro, lo que supuso la instalación en sus aledaños de Ayuntamiento, consulta médica, carnicera, taller, bolera, alojamientos y bares, espacios para bailes y ferias... 
Su superficie (que fue antes barrio de Cades y Bielva) alcanzó la categoría de localidad al instalarse allí el Ayuntamiento; primero en la orilla derecha del río, junto al vial CA855 que comunica todo el valle del Nansa, y actualmente en la orilla izquierda, junto a la carretera que lleva a Cades y que comunica Herrerías con el Valle de Lamasón.
La edificación del antiguo ayuntamiento está siendo rehabilitada para convertirse en un Albergue que ofrezca  servicio a los peregrinos del Camino Lebaniego.

martes, 7 de abril de 2015

BIELVA


Bielva se encuentra a unos setenta kilómetros de Santander y a 188 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 216 habitantes.
Etimológicamente el nombre de Bielva se cree que proviene de "bien va". Esta frase la utilizaban los residentes cuando la gente que pasaba preguntaba si iban bien a San Vicente de la Barquera. Ellos les contestaban “bien va, bien va”.
Bielva es una de las localidades primero documentadas de Herrerías, ya que aparece mencionada su parroquia en un documento del año 974 del Obispado de Burgos. Asimismo mantiene una necrópolis de origen medieval y su iglesia está documentada desde el año 1184.
Bolera del Zurdo de Bielva
En cuanto a su historia, sabemos que durante la Baja Edad Media su territorio pertenecía a la Casa de Ceballos, y cuando se formaron los primeros Ayuntamientos, durante el Trienio Liberal (1820-1823), Bielva pasó a pertenecer al Ayuntamiento de Val de San Vicente. Se integraría posteriormente, en 1835 a su municipio actual, Herrerías.
Entre sus ilustres, se encuentra Rogelio González (1896 – 1960), famoso jugador de bolos, mejor conocido como “Zurdo de Bielva”, el cual, ni era zurdo (aunque si jugaba con la izquierda), ni era de Bielva, pues había nacido en La Habana.
Ermita del Cristo
Las fiestas de la localidad se celebran el 14 de septiembre y la celebración que se realiza es en honor al Santo Cristo de los Remedios, reuniendo a gran cantidad de personas, durante el mismo día, el anterior, y el posterior. En dicha fiesta se compran las famosas “medías” del Cristo, unas cintas de colores que se pasan por las llagas de éste, para que, según la tradición, nos protejan. 
Otra de sus fiestas es Monides, el primer sábado de agosto, en la cual la gente de la localidad sube al humilladero que hay sobre el pueblo, en la Ería de Bielva, celebra una misa y come en compañía de los vecinos acompañados de música.
Entre su patrimonio destacamos la ermita del Cristo de Bielva, las escaleras de dicho Cristo, la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y su necrópolis medieval antes comentada, entre otros.

jueves, 26 de marzo de 2015

La Cueva de El Soplao

Sala de los fantasmas

La cueva de “El Soplao” se encuentra en la Sierra del Arnero, que pertenece a la conocida como Sierra del Escudo de Cabuérniga y sus múltiples galerías y cavidades se dispersan por el subsuelo de tres municipios: Herrerías, Rionansa y Valdáliga. El acceso a la entrada actual se lleva a cabo habitualmente por el desvío  que desde la CA 181 cruza la localidad de Rábago.

Su interés principal es geológico, y esa es la razón por lo que es conocida, ya que dentro de la cavidad encontramos un verdadero capricho de la naturaleza, compuesto de espeleotermas impresionantes: superficies tapizadas de aragonitos, falso techo, estalactitas, estalagmitas, perlas de las cavernas, etc. Y las formaciones que la convierten en una cavidad única por su abundancia y diversidad, las helícitas, también conocidas como estalactitas excéntricas (antigravitacionales), y draperies (sábanas o banderas traslúcidas colgando del techo).

Su formación data del Mesozoico, concretamente del período Cretácico, hace 240 millones de años, y fue descubierta a principios del siglo XX, de manera accidental, debido a las perforaciones para la extracción de minerales en la explotación de las minas de blenda y galena de La Florida. Lo restos de este excepcional patrimonio de arqueología minero con más de 20 kilómetros de galerías, planos inclinados y construcciones auxiliares, fuera y dentro de la cueva, se han convertido en un atractivo más, y en una alternativa de ocio mediante la propuesta de una visita muy especial. .

El nombre dado a la cueva viene precisamente de los mineros, pues ellos llaman “soplaos” a las cavidades kársticas que cortaban en sus trabajos y que creaban fuertes corrientes de aire.

Entre las galerías visitables están la de los fantasmas, la gorda, la del falso suelo, la del campamento, la de la coliflor, la del bosque, la génesis, etc.

La cueva se encuentra abierta al público desde el 1 de julio de 2005, con dos tipos de visitas (una turística normal, y otra de turismo-aventura), en las que se recorren 4 de los 20 kilómetros de galerías, y cuyos alrededores cuentan con parking, restaurante y tienda.
Desde 2019 se ofrece una alternativa más para la visita de alguna de las galerías de la antigua mina, donde se ha instalado una vía ferrata que convierte la visita en una auténtica experiencia. Eso sí... por las condiciones del trayecto no es apta para todos los públicos. 

En sus inmediaciones podemos ver también el antiguo poblado minero de La Florida, hoy prácticamente destruido, únicamente con restos de alguna pared y cimientos, que llegó a contar con capilla-escuela, lavadero, polvorín, viviendas, cuadras, etc. Dicho poblado fue construido junto a una de las explotaciones mineras de esta mina, la más antigua, y que otorga el nombre a la explotación minera.

También encontramos un Yacimiento Paleontológico de ámbar (resina fosilizada de plantas extintas), descubierto en julio de 2008, cuyo interés cultural reside en los fósiles de insectos, arácnidos y otros artóprodos atrapados en ámbar en época cretácica, que han hecho que se descubran nuevas especies como el Tethysthrips hispanicus, Cantabroraphidia marcanoi, y el Hallucinochrysa diogenesi. De momento no es posible visitarla debido a que siguen las investigaciones y excavaciones en la zona.


Para cualquiera de las visitas a El Soplao conviene obtener información previa en el 902 82 02 82 o a través de la web EL SOPLAO , ya que el número de visitantes a veces se ve colapsado. 
En cualquier caso, con las vistas que hay desde allí, ya merece la pena llegar hasta sus puertas. 






martes, 24 de marzo de 2015

ESCALERAS DEL CRISTO DE BIELVA


En las cercanías de la capilla del Cristo de los Remedios, se encuentran estas escaleras de unos 300 escalones construidos en piedra. Antiguamente, la gente subía esta escalera hasta la capilla, haciendo promesas por conceder favores al cristo, y las subían bien descalzos, bien de rodillas.

Las escaleras en su origen, según los lugareños, llegaban a los 400 escalones, aunque muchos de ellos han ido desapareciendo con el desgaste de la piedra a lo largo de los años. A pesar de ello, los escalones que aún sobreviven al tiempo, fueron reformados hace unos años para su segura subida y bajada, acompañados de unos bancos para descansar entre tramo y tramo de escalera.

Las escaleras salen de Puente El Arrudo, localidad también del municipio, cruce de caminos que años atrás, antes de la existencia de coches, en la parada de carruajes, primero, y autobuses después, donde todos los vecinos del municipio se acercaban para ir a cualquier otro punto de la región.

Como anécdota decir que en estas escaleras se batió el récord Guinness de tirarse de cabeza por la escalera más larga. Fue el 17 de noviembre de 2006, y dicho récord fue batido por un actor sevillano, Joaquín Ortega de, entonces 31 años, al bajar 134 escalones rodando.

TORRE MEDIEVAL DE CABANZÓN

La torre de Cabanzón (decarada Bien de Interés Cultural en 1992) es una atalaya de carácter defensivo que puede tener su origen en el siglo XII, pero cuya construcción actual se fecha en fechas más modernas, entre el XIV y el XVI.
Es un edificio de planta cuadrada de 10 metros de lado levantado con muros de sillarejo y mortero, y esquineras de piedra labrada. La características de los pocos y pequeños vanos distribuidos en los cuatro vientos, pueden indicar su carácter antiguo y defensivo en su inicio. 
Uno de sus elementos más representativos es la existencia de un muro defensivo adicional de casi 3 metros de altura que cuenta con almenas, pasillo de ronda y aspilleras que debieron usar para la instalación de piezas de artillería ligera. Esto ya supone una cronología más cercana al siglo XV.
En su tiempo perteneció a la familia de los Rábago, y hoy mantiene la titularidad privada de la familia Gómez Acebo, lo que supone que el monumento no es visitable. 
Debió formar parte de un conjunto de fortificaciones junto a los caminos que recorrían el Nansa, como lo demuestra la existencia de otros semejantes en Obeso, Celis y Estrada. 

SENDA FLUVIAL DEL NANSA, TRAMO HERRERÍAS



Tramo Muñorrodero / Trascudia
Tramo Muñorrodero / Trascudia
EL TRAMO MUÑORRODERO / TRASCUDIA
En 2010 se inauguró el primer tramo de la Senda Fluvial del Nansa, con un recorrido senderista de 7 kilómetros entre una zona recreativa junto a Muñorrodero y la Central Eléctrica de Trascudia.
El trayecto discurre por la orilla derecha del río a través del bosque de ribera del Nansa y aprovechando los senderos que usaron principalmente los pescadores, de los cuales aún quedan señales, como refugios o pasarelas que cruzan el cauce. Por el camino, unas cuantas plataformas sobre las aguas del Nansa, la entrada la cueva del Rejo y un final espectacular en el que encontramos el doble salto del Rio Supino y la central hidroeléctrica, en funcionamiento desde 1949. 
Puedes bajarte el track del recorrido desde este enlace de Wikiloc. 









EL TRAMO TRASCUDÍA  / CADES

Tramo Trascudia / Cades
Desde el año 2014 se ha ido habilitando un sendero que alarga el recorrido 7 kilómetros más hasta llegar a las inmediaciones de Cades y su imprescindible Ferrería. 
Mucho más intrincado que el recorrido anterior y conservando en la mayoría de su trayecto su estado natural de bosque de ribera, es un trayecto con espacios y rincones de gran belleza e importancia medioambiental.
Se inicia en la antigua Central Eléctrica de Tracudia (a donde se accede desde un desvio en El Collado) y asciende por el lado derecho del río atravesando un cerrado encinar entre roca. 
Un tramo corto de carretera que nos sirve para cambiar de orilla a través del Puente del Tortorio nos lleva hasta el inicio de su tramo más espectacular. 
Los Escalerones del Nansa
La vegetación del recorrido desde aquí es la propia de ribera: castaños, encinas, robles, alisos, saúcos, álamos, sauces, avellanos, acebos, ... y un bosque bajo cerrado de brezos, helechos, multitud de tipos de herbáceas, y lianas como la nueza, la hiedra o el escaramujo. No hay que olvidar que nos encontramos en un espacio protegido como LIC (Lugar de Interés Comunitario) por presentar algunas de las especies más características de los ecosistemas fluviales cantábricos, como el salmón atlántico, el desmán ibérico, la nutria o el cangrejo de río; así como algunos invertebrados protegidos como la rosalia alpina, el ciervo volante o el caballito del diablo.
Vista desde Peña Sancho

En algunas zonas podemos ver como el bosque de ribera queda limitado por zonas de pradería, plantaciones forestales... El recorrido es variado, e incluso se complica en Peña Sancho al estar obligado a ajustarse a estribaciones de roca calcárea en la que ha sido oportuno instalar un cable para agarrarse en caso de necesidad. 
Cuando desciende de nuevo a la misma orilla, podremos ver una zona de rápidos y correntías de una belleza particular conocido como Los Escalerones, y refugio de muchas aves de este ecosistema: lavanderas, ánades, garcetas y garzas, mirlos, carpinteros...
La ruta llega a cruzar con la carretera CA-855 y bajando unos metros hasta el cruce de Puente El Arrudo podremos empalmar con un carril peatonal que nos llevará hasta la Ferrería de Cades.

RUTA DEL MIRADOR DE LLENO

Vistas de la costa desde el mirador
DISTANCIA: 12 KM
NIVEL: Moderado
Desnivel positivo 440 m
Desnivel negativo 440 m

Tal vez lo que no sepáis es que desde Herrerías se puede ver el mar...

Existen varios lugares desde dónde hacerlo, pero posiblemente esta ruta os acerque al más espectacular de todos. Peña Escajal es un pico de 570 metros de altura frente a la costa, que además permite una vista de 360 grados impresionante: Picos de Europa, Peña Sagra, Sierra del Cuera..

Un buen punto de inicio para su ascensión es el pueblo de Bielva.

La ruta comienza en la Herrería de Bielva, la antigua fragua del pueblo. Cruza el pueblo completamente por su calle principal hasta tomar el camino que sube hacia el humilladero de Monides (Km 1,5), donde cada mes de agosto se celebra una romería.

Desde allí se toma la pista que asciende sin complicaciones hasta la Collada de Bielva (Km 4,3) desde donde ya distinguimos el objetivo de la ascensión. En cada curva el paisaje mejora al integrar una visión mayor de los límites del valle.

Bielva

En el mismo collado cruzamos la carretera CA850, que comunica el Nansa con Valdáliga, para (dejando la manga ganadera a la derecha) comenzar la ascensión al primer roquedo, conocido como los Pigüezos (Km 4,7), primero por una pista amplia usada para labores forestales, y para finalizar por un sendero que arranca de la parte más alta de la pista.

En los Pigüezos, donde ya divisamos una amplia vista de la costa, cruzamos entre la segunda y tercera roca que encontramos, e iniciamos una ascensión cómoda cresteando el roquedo por su ladera sur, la más expuesta al sol, y en la que es fácil encontrar ganado pastando.

Tras alcanzar una abierta collada, la senda va girando a la derecha en dirección a una fuente , y desde allí, por la izquierda, atacar el último tramo de los 570 metros de Peña Escajal (Km. 6,2)

Peña Escajal 

La privilegiada vista desde su cumbre es un espectáculo a los cuatro vientos: se divisa la zona de La Marina con 40 km de costa cantábrica, y hacia el interior vistas de la Sierra del Escudo, Peña Sagra, Arria, Picos de Europa, Peña Mellera y la asturiana Sierra del Cuera.

En ese punto, la alambrada que señala la linde de Herrerías y Valdáliga nos señala el camino de bajada, teniéndola a la vista siempre a la izquierda.

A pocos minutos, en una zona algo más llana encontramos la Cueva de Lleno (Km 6,5).

Uno de los atractivos de la ruta es su valor geológico, al tratarse de un sinclinal colgado, una especie de valle suspendido en altura al ser erosionadas las zonas superiores. Esto supone para el caminante la posibilidad de ser testigo de una de esas sorpresas que nos deparan las montañas y es que en buena parte del trayecto de bajada es fácil encontrar, entre las piedras sueltas, fósiles que nos advierten de que ese suelo elevado, hace miles de años, fue un fondo marino.

Algo más abajo, llegaremos a una pista ancha que viene desde La Florida y por la que descenderemos rápidamente hacia Bielva.

La ruta se señalizó en 2015 con líneas en color azul.


Puedes bajarte el track de wikiloc en este ENLACE




lunes, 23 de febrero de 2015

FERRERIA DE CADES





Cades cuenta con uno de los conjuntos patrimoniales más valiosos del valle y la región. La visita al vestigio industrial de la Ferrería de Cades permite, además, poder contemplar varios edificios anejos de gran interés: el molino harinero, la casa-palacio de los que fueron dueños de todo el complejo, una panera de 6 patas y una pequeña ermita.

Tanto la ferrería como el molino fueron terminados de construir en 1752. Al exterior vemos un gran edificio, de unos 10 metros de altura, con cubierta a dos aguas, dividido en el centro por un muro cortafuegos (utilizado para impedir que el fuego se extendiera por todo el edificio hasta los almacenes de carbón, en caso de incendio). Buena parte del edificio se encuentra por debajo del nivel del camino por el que se accede, con el fin de hacer más cómoda la descarga del hierro, carbón y demás materiales utilizados durante el proceso de fundición, así como ganar altura en el salto del agua que mueve la rueda principal para generar una mayor caída de agua.

Al sur del edificio, en paralelo al Nansa tenemos el canal, de 2x2 metros, que trae el agua hasta la antepara. La antepara es un depósito de entre 5 y 9m. x 20 de largo, que está adosado al muro de estolda, desde donde se vierte el agua que genera el movimiento de las ruedas hidráulicas.

En el interior vemos una distribución mediante muros de piedra, que dividían las zonas de trabajo.

La nave de barquines, en el extremo sur del edificio, junto a la entrada; aquí hay dos fuelles: dos barquines o fuelles de madera encajados herméticamente, y sobre ella, se conservan los restos de lo que debió ser la cocina, y que serviría también como espacio de “vigilancia” de los ferrones, ya que la ferrería exigía atenciones durante las 24 horas del día cuando estaba en marcha.

La nave del mazo está al norte, al fondo, aquí se encuentra un gran mazo que se acerca a la tonelada de peso y que es el que debía golpear la masa incandescente recien sacada del horno hasta obtener un lingote limpio de impurezas, lo que llamaban un “tocho”. Bajo el mazo aún se encuentra la vieja pieza del yunque, la original, desde 1752, amortiguando el tremendo golpe del mazo para impedir que los golpes dañaran la estructura del edificio. En esta nave también se encuentran los restos del antiguo horno y el acceso a cuatro carboneras y al cuarto auxiliar para estancia del “aroza”, que era el encargado de organizar al equipo de 5 o 6 ferrones que trabajaban en esta ferrrería.

Los restos de la zona de descanso en este espacio y la imaginación de las condiciones en las que desarrollaban su labor son tremendamente representativos de la dureza de este oficio.

Aprovechando la misma carga de la antepara para su funcionamiento se encuentra el Molino de Cades. Recurso fundamental en la vida diaria de los siglos en los que estuvo en funcionamiento (desde 1752 hasta mediados del siglo XX)

El visitante a la Ferrería de Cades, además de encontrarse ante una de las mejores ferrerías conservadas de la región y posiblemente de España, tiene el privilegio de ser testigo de la representación de un tiempo pasado que permite valorar nuestro presente.

 Imprescindible conocerlo.

La reconstrucción, el mantenimiento y la gestión de las visitas guiadas a la Ferrería es llevada a cabo por un equipo de la Asociación de Desarrollo Rural Saja Nansa.

Para reservas o ampliar información podéis visitar la Web de La Ferrería o a través del Tlf: 60810478 email: ferreria@comarcasajanansa.es