Ya en los Catastros de Ensenada en 1753 se recogía la importante vegetación arbórea de interés existente en esta zona, y los
encinares, acompañan en el paisaje de buena parte del territorio de
Herrerías, ajustándose principalmente a los terrenos más árido y
secos que suponen los más potentes afloramientos calcáreos.
Su
presencia en estas tierras son milenarias, y es posible que uno de
los más antiguos ejempalres de esta especie que haya en el occidente
de Cantabria sea el que encontramos en Cabanzón, junto a la Iglesia.
Su envergadura (más de 10 metros de altura y 4 m de perímetro en su
base) y su buen estado de conservación le han valido para ser
incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de Cantabria, en
donde está registrado con el número 45 con el nombre de La Encinona
de Cabanzón. Siglos de historia local nos acompañan, nos vigilan
desde sus ramas.
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