jueves, 30 de abril de 2015

EL CAMINO LEBANIEGO

La Celebración del Año Santo Lebaniego se inicia en el siglo XVI, tras la bula del Papa Julio II del 23 de Septiembre de 1512 que otorgaba el privilegio de la celebración del Año Jubilar Lebaniego, por la presencia, en el monasterio, del Lignum Crucis, la reliquia que Toribio de Astorga había traído de Tierra Santa, el trozo de la Cruz de Cristo más grande que aún perdura. por eso a los peregrinos del Camino Lebaniego se les conocía como “crucenos”, Peregrinos de la Cruz”, los que llegaban a adorar a la Cruz.

El Camino Lebaniego servía también de enlace a Santiago de Compostela a través de la Ruta Vadiniense y que va desde Fuente Dé hasta Mansilla de las Mulas, León, para llevar hasta Santiago de Compostela, y algunos de los peregrinos que toman este camino solo es un trayecto intermedio para su verdadero objetivo, que es enlazar con el Camino Francés de Santiago.

El trayecto del Camino Lebaniego suele repartirse en 3 o 4 etapas. La primera etapa es la que comienza en San Vicente de la Barquera y termina en la localidad de Cades o Puente El Arrudo, atravesando 9 km del municipio de Herrerías en un de trazado señalizado. 
El Camino llega a Herrerías compartiendo recorrido con la Senda Fluvial hasta la Central Eléctrica de Trascudia. Desde allí se asciende al Cueto del Collado, desde el cual podemos acceder al Mirador del Poeta. El trayecto por el encinar desciende a la vega de Camijanes y cruza el río Nansa por el Puente del Tortorio. 
Desde aquí tenemos tres variantes. La más corta es aprovechar la señalización del la Senda Fluvial del Nansa. La alternativa oficial sube hasta Cabanzón y desciende a Cades por la carretera. Y aún hay una muy interesante ascendiendo a Otero y pasando ante la ruina de San Pedro
La siguiente etapa abandona el territorio de Herrerías desde Cades por la CA856 en su camino hacia el Valle de Lmasón. 


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CASAMARÍA


Casamaría se encuentra a unos ochenta kilómetros de Santander, la capital de la región y a 99 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 69 habitantes (INE).

En cuanto a su historia, sabemos que Casamaría aparece documentada ya en la Edad Media, y que, junto con Camijanes, Cades y Rábago, formó parte del primer ayuntamiento constitucional de Herrerías, durante el Trienio Liberal (1820-1823).

Entre sus ilustres, se encuentra Gregorio Molleda, religioso del siglo XVIII, procurador en Roma del Cabildo de Lima para la canonización de Santo Toribio. También fue obispo de Cartagena de Indias y de Trujillo y arzobispo de Chuquisaca (Bolivia). Murió en 1765.

Las fiestas de la localidad se celebran el primer fin de semana de septiembre en honor a la Virgen de Loreto, tratándose de una fiesta popular en la que se bendice el “ramu”, pirámide de roscos de pan, adornada con flores y cintas que se porta durante la procesión, ofreciéndoselo a la Virgen, roscos que posteriormente se subastarán, y se bailan y cantan los picayos, danza popular de carácter religioso propia de la zona occidental de Cantabria, aunque hoy extendida. Hasta hace unos años también se celebraba una verbena por la noche.

Entre su patrimonio destacamos la iglesia parroquial, dedicada a la Virgen de Loreto, algunas construcciones típicas de la región (casonas) con algún que otro escudo, y el puente sobre el río La Pisa, entre otros.

IGLESIA DE SAN PEDRO


Esta Iglesia, hoy en ruinas, se encuentra en las inmediaciones del barrio de Otero, perteneciente al núcleo de Cabanzón, en lo civil, ya que en lo religioso esta iglesia tenía como matriz a la de San Juan de Cades, según se pone de manifiesto en un escrito de 1845. Es decir, entonces y ahora, Otero en lo eclesiástico era de Cades, pero en lo civil era de Cabanzón.

No existen dudas de su antigüedad, sin embargo, no se ha podido precisar su origen; lo que sí sabemos es que su edificación primitiva corresponde a un período anterior al que el estilo de sus ruinas actuales sugiere.

Algo que parece confirmado es que ya existía en el año 1090, puesto que existe un documento de donación de la misma por algunos habitantes de “Valdeceles” (hoy Celis) a la actual parroquia de Terán, entonces Monasterio de Santa Eulalia de Cabuérniga.

En esta iglesia se diferencian, al menos, tres momentos de construcción:

Un primer momento en torno al siglo XI, como atestiguan algunos canecillos de tradición románica, como una cabeza de cerdo y una serpiente, que representan los pecados de la gula y la lujuria, respectivamente, aunque ambos están ya fuera de la iglesia, en sus inmediaciones. También, en su interior, se puede observar una típica concha de peregrino esculpida sobre plinto, propia de esa época.

Un segundo momento, donde se construiría la iglesia que hoy se conserva en ruinas, es decir, donde se reconstruiría la iglesia, en torno al siglo XIII, de una sola nave y en la que en su muro meridional se abre la puerta de ingreso, con ábside rectangular y con arco toral apuntado y moldurado, cuya bóveda se encuentra derribada. Aún conserva levantada la espadaña de dos troneras, terminadas en arcos de medio punto. En la cabecera presenta otra puerta con arco apuntado.


El ábside era de planta cuadrada cubierta por bóveda de crucería con estribos oblicuos en sus ángulos exteriores.

Debido a la similitud estilística de este segundo momento, en el que la puerta de esta iglesia y la de Santa María o Nuestra Señora de la Asunción en Bielva son prácticamente idénticas, hace pensar que esta reconstrucción del siglo XIII está relacionada con la familia Rubín de Celis, los mismos que tuvieron privilegios y asientos en la capilla mayor de la iglesia de Bielva, donde podían ser enterrados. 

Un tercer momento se encuentra en el siglo XVI, en el que debió de abrirse la capilla lateral, seguramente sufragada también por la familia Rubín de Celis. Esta capilla, adosada a la nave, estaba cubierta con bóveda de crucería

En 1916 fue vendida a particulares por el Obispado de Santander, y desde entonces ha sufrido un proceso de abandono hasta su ruina actual. Debido a los saqueos producidos por su abandono, sólo se conservan algunos canecillos con relieves de motivos varios, sus paredes y algunas de las cubiertas abovedadas, pero el techo y la nave están hundidos, y las zarzas y una densa vegetación se han adueñado en su totalidad de dicho espacio recubriendo muros, nave y alrededores del templo.

martes, 21 de abril de 2015

CAMIJANES


Camijanes es la puerta de entrada a Herrerías si lo haces desde la costa. Se encuentra a unos 72 kilómetros de Santander y a 115 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 108 habitantes, de los cuales 41 pertenecen al barrio de El Collado, separado unos metros del núcleo principal.

En Camijanes encontramos el yacimiento de arte prehistórico de Barón (no visitable), con pinturas de punteos rojo, lo que nos indica que estuvo habitado desde el Mesolítico. Por otra parte, en cuanto a documentos escritos, Camijanes es la localidad documentada del municipio más antigua, pues en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, existe un escrito del año 951 donde aparece una donación de tierras en Camilianes que es su nombre antiguo.

Durante la Edad Media perteneció a la Merindad de las Asturias de Santillana, y en el Trienio Liberal (1820-1823), con la aparición de los primeros ayuntamientos, formó junto con Casamaría, Cades y Rábago, el primer ayuntamiento constitucional de Herrerías. Debió tener mucha importancia en su inicio ya que el topónimo municipal enlaza con la importancia industrial en torno a los siglos XVII y XIX, debido a que se trataba de un barrio de ferrerías

Las fiestas de la localidad se celebrar el fin de semana más cercano al 9 de agosto y la celebración que se realiza es en honor a San Román, tratándose de una fiesta popular, con romería y verbena.

Entre su patrimonio destaca su iglesia parroquial, dedicada a San Román, con un retablo del siglo XVII, la casa de un indiano de principios del siglo XX, el puente del Tortorio convertido en hito del Camino Lebaniego por ser el punto donde se cambia de orilla del Nansa, y la disparidad de sus barrios, como el de Trascudia, punto de encuentro de los dos sectores de la famosa “Senda Fluvial del Nansa”, y donde se encuentra una central hidroeléctrica.

PUENTE DEL TORTORIO


El Puente del Tortorio está fechado en 1761 según aparece en una inscripción en una de los sillares de su inicio: 

“Año de 1761 se izo es[te] puente acosta desta par(r)oquia. Dio de limosna d(o)n Domingo Perez Inclan 17000 rrs (reales) bellon por su anima y demas paternoste[r] y ave ma[ría] por los bienechor[e]s”. 

Se encuentra en la vega de Camijanes, concretamente en la carretera municipal que une esta localidad con la vecina Cabanzón. Junto con el Puente El Arrudo son los dos únicos viales que cruzan el río Nansa en el municipio de Herrerías.

Dicho puente consta de un solo ojo, formado por una bóveda  de cañón hecha de mampostería y sillarejo, que salva una luz aproximada de 18m con 3m de anchura. Está cimentada sobre la propia roca y presenta una labra tosca, salvo en la embocadura, a base de dovelas de tamaño uniforme que llegan a ser tangentes a la rasante en la zona más alta.

De planta recta, rasante alomada (a esa línea arquitectónica le llaman “lomo de asno” por mostrar la parte central del puente ligeramente elevada con respecto a los extremos). Destaca por su elevada altura, cuenta con estribos formados por material de relleno con los paramentos en mampostería y con zócalos de sillería homogénea bien labrada. Estos estribos se prolongan sobre ambos márgenes, entre cuyos intersticios crece vegetación.

Mediante una losa de hormigón sobre la que se asienta un firme moderno, se realiza la transición de la bóveda. Aunque tuvo un pretil de piedra, como observamos en las piedras de los arranques en los accesos, actualmente existe una barandilla metálica.

Aunque con poco tránsito rodado, ahora ha adquirido más importancia como trayecto senderista, ya que se encuentra dentro de los itinerarios del Camino Lebaniego, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO,  y de la “Senda Fluvial del Nansa”. Junto al puente está la salida del sendero que llega de la Central Hidroeléctrica de Trascudia, en Camijanes, en el margen derecho del río, y el puente sirve a ambos recorridos para cambiar a la orilla izquierda.
 
Desde el puente se puede contemplar los profundos pozos que se forman en la imponente pared vertical que los encajona, ya que a partir de este punto, el valle experimenta un fuerte estrechamiento. 

Junto al puente se encuentra el molino de Riaño, que ya existía hacia 1750. Además de harina de maíz, produjo energía eléctrica hasta mediados del siglo XX.

jueves, 16 de abril de 2015

LA ENCINONA DE CABANZÓN


Ya en los Catastros de Ensenada en 1753  se recogía la importante vegetación arbórea de interés existente en esta zona, y los encinares, acompañan en el paisaje de buena parte del territorio de Herrerías, ajustándose principalmente a los terrenos más árido y secos que suponen los más potentes afloramientos calcáreos. 
Su presencia en estas tierras son milenarias, y es posible que uno de los más antiguos ejempalres de esta especie que haya en el occidente de Cantabria sea el que encontramos en Cabanzón, junto a la Iglesia. 
Su envergadura (más de 10 metros de altura y 4 m de perímetro en su base) y su buen estado de conservación le han valido para ser incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de Cantabria, en donde está registrado con el número 45 con el nombre de La Encinona de Cabanzón. Siglos de historia local nos acompañan, nos vigilan desde sus ramas.

lunes, 13 de abril de 2015

BOLERA ROGELIO GONZÁLEZ, "ZURDO DE BIELVA"



Busto del Zurdo de Bielva
La bolera actual fue reconstruida y ampliada sobre una anterior más pequeña en 1947, sufragando los materiales el indiano Cortines y aportando el trabajo desinteresdo de muchos vecinos. Se encuentra en el centro del pueblo de Bielva, junto a la Iglesia de Santa María o de Nª Señora de la Asunción.

A lo largo de su historia este espacio no solo ha sido el escenario de muchos eventos deportivos, sino que siempre ha servido como lugar de numeroso acontecimientos festivos y sociales del pueblo.

Se construyó en honor a Rogelio González Vinoles, más conocido como el “Zurdo de Bielva”, destacado jugador de bolos, al que se homenajea en la propia bolera presidiendo uno de sus extremos un monumento con busto y placa conmemorativa.

A pesar de ser conocido como “Zurdo de Bielva”, Rogelio, ni era zurdo ni era de Bielva, pues sólo usaba la mano izquierda para jugar a los bolos, y había nacido en La Habana, allá por septiembre de 1896. Hijo de un “tablón” (gentilicio de Bielva) y una cubana, Rogelio se trasladó con sus padres a Bielva a los pocos meses de nacer, por lo que prácticamente no era tanta la mentira.

Bolera de Bielva
Su manera tan increíble de jugar al llamado Bolo Palma le convirtió en un mito, convirtiéndose en Campeón Regional en dos ocasiones (1941 con 786 bolos, y 1945, con 611 bolos) y Campeón de España en otras dos ocasiones (1945 con 542 bolos y 1949 con 646).

Falleció en marzo de 1960, y cada año, coincidiendo con el último día las fiestas de Bielva, se celebra el Memorial Zurdo de Bielva, que cumplirá este 2015 su vigésimo novena edición.

Tal era su fama que hasta Gerardo Diego o Jesús Cancio, le mencionaron en sus poemas:





Foto antigua en Bielva


ODA A LOS BOLOS, de Gerardo Diego
Quiero cantar los bolos. Que repique
mi verso duro y su rimar machaque
igual que bola en bolo y multiplique
la estaca seca y su furor no aplaque.


Canto la viril mano que se ahueva
y moldea la masa poco a poco.
Vuela ya, oh peregrina, hacia la meca
Sobre la muda exégesis del zoco.


Oh la bola en el cielo, oh la maraca
Silenciosa. Que nunca se desnuque.
Duerma aún de la órbita en la hamaca.
Clava el cenit, Josué, que no caduque.


Pero la ley, si dura, es ley. Su achaque
no perdona –oh dolor- ni al rey ni a roque.
Cumpliendo su sentencia de almanaque
rueda la esfera a sepultar su choque.


Bosque de invierno, el pálido tembleque
de los nueve emplazados. Cada chico,
se renueva la tala y el más jeque,
el embaque meñique no hinca el pico.


¡Potente Zeus! Raja el rayo seco
la cabeza del bolo que destaca
su honor central y el estampido hueco
se propaga en redor como una traca.


Y a la hora de la siega, ni el Templeque
de Sancho Panza se arma tal retrueque,
tal trigonometría y jeribeque.
Un mástil solo en pie le quedó al buque.


Oh música aldeana sana y rica,
juicio final de Josafat en bloque,
danza macabra de mi patria chica,
infierno y gloria del birbibirloque.


Oh tú, Mallavia, el del sublime saque,
Zurdo de Bielva, oh mago del emboque,
Vuestra elegancia príncipe hunde en jaque
a Fidias y a Mirón, nadie la toque.



El Zurdo preside su bolera

¡VOZ Y NERVIO DE LA RAZA!, de Jesús Cancio


El discóbolo griego redivivo
fija en el tiro la maciza planta,
tiende el brazo hacia atrás y se agiganta
de la esbelta parábola cautivo.


La bola, en arco trémulo y altivo,
al bolo da, su vertical quebranta,
y parte hacia el tablón con fuerza tanta
que es, más que un estacazo, un explosivo.


Y tiembla el corro, de emoción deshecho,
y desde el birle al tiro no hay un pecho
que no sienta su ritmo acelerado.


¿Quién convirtió con tan viril jugada
la aldeana bolera en olimpiada?
Es el Zurdo de Bielva, que ha embocado.

viernes, 10 de abril de 2015

OTERO



El núcleo de Otero es en realidad un barrio de Cabanzón, que se encuentra situado justo encima de la localidad de Cades. Tiene 39 vecinos (INE 2008). Su situación en un espacio alto y estratégico (que le da nombre) reúne las características que tenían los asentamientos arcaicos y premedievales.
Destacan los restos de su iglesia, dedicada a San Pedro, en las afueras del barrio, y de la que se conservan sólo algunas fachadas. De inicio mediaval cercano al románico, debió terminarse de modificar en el siglo XVI.

CADES



Cades se encuentra a orillas del Nansa, a 100 metros sobre el nivel del mar y ocupando una de las lindes sur del municipio de Herrerías. En 2008 contaba con 76 habitantes repartidos por un núcleo muy disperso de población

Su territorio tiene testimonios de ocupación desde la época prehistórica. Allí encontramos el yacimiento de arte parietal prehistórico de La Pica (no visitable), con pinturas de punteos en rojo, lo que nos indica que estuvo habitado desde el Paleolítico. Por otra parte, en cuanto a documentos escritos, sabemos que aparece ya en documentación de en torno al año 1000.

Durante la Edad Media perteneció a la Merindad de las Asturias de Santillana, pasando a depender de la Casa de la Vega a finales de esta época. Y, junto con Casamaría, Camijanes y Rábago, formó, durante el Trienio Liberal (1820-1823), el primer ayuntamiento constitucional de Herrerías.

Las fiestas de la localidad se celebran el fin de semana más cercano al 24 de junio y la celebración que se realiza es honor a San Juan Bautista, tratándose de una fiesta popular en la que se bendice el “ramu”(pirámide de roscos de pan, adornada con flores y cintas que se porta durante la procesión) ofreciéndoselo al Santo. Posteriormente, los roscos se subastan, y se bailan y cantan los picayos, danza popular de carácter religioso propia de la zona occidental de Cantabria, aunque hoy extendida a otras comarcas. Por la noche, se celebra una verbena hasta altas horas de la madrugada.

Cuenta con un patrimonio de gran valor .

Su valor principal responde a encontrarse dentro del itinerario del Camino Lebaniego, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por la disposición actual de las etapas, Cades se considera fin de etapa antes de iniciar el recorrido por el Valle de Lamasón.

También cuenta con uno de los patrimonios históricos e industriales más importantes de la región. El conjunto que reúne ferrería, molino, panera y la casa de los Rábago posee un alto valor por tratarse de ejemplos extraordinarios. La ferrería de Cades, reconstruida para su conservación y visita, se dedicó durante cerca de un siglo desde su inauguración en 1752,  a extraer el hierro al mineral y transformarlo en lingotes que luego eran usados por las otras industrias de esta materia prima. 

El nombre del municipio, Herrerías, es la demostración más palpable de la importancia que tuvo este tipo de oficios a partir del siglo XII en toda la zona.  

jueves, 9 de abril de 2015

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO, EN CASAMARIA



La Iglesia de Nuestra Señora de Loreto se encuentra en el “sitio de la ermita”, en la localidad de Casamaría.
Se trata de un edificio de origen medieval, como apuntan los canecillos, que por el nombre con el que se conoce al lugar, posiblemente fuese una ermita reformada en el siglos XVII, momento en que se haría el retablo, conservando de su primitiva estructura un ábside gótico del siglo XVI. Posteriormente, en 1948 fue ampliada por don Luis Gutiérrez Dosal, indiano afincado en Méjico que también fue promotor de la escuela de la misma localidad.
En su parte exterior cuenta con una torre a los pies y en el lado del Evangelio un pórtico abierto al exterior con arcos de medio punto. La capilla mayor, con canecillos en el exterior y cubierta interiormente con una bóveda de cañón, al igual que el segundo tramo de la nave. El primero, en cambio, lo hace con una insinuada bóveda de arista, y el tercero, donde está el coro de madera, con vigas de este material.
Adosada a la nave, nos encontramos, al lado de la capilla mayor, en el lado de la Epístola (el lado derecho de cara ala altar), la sacristía, y en el lado del Evangelio (el lado izquierdo de cara al altar), una pequeña capilla. Esta capilla se añadió en 1948, con la ampliación realizada por Luis Gutiérrez Dosal.
Su retablo mayor es de tipología pre-churrigueresca (antes de que se diera el estilo churrigueresco, estilo arquitectónico del barroco que llamaba la atención por su recargada decoración), junto con los de Camijanes y Bielva, siendo así estos tres de los más populares de este tipo que se conservan en Cantabria.

miércoles, 8 de abril de 2015

PUENTE EL ARRUDO


Puente El Arrudo es la localidad más pequeña de Herrerías, con una población que en 2011 alcanzaba los 13 vecinos distribuidos en media docena de casas dispersas. 
Su espacio se distribuye en los entornos de la carretera CA-856 y CA855, comunicando ambos orillas del Nansa a través del puente que le da nombre.


El Puente El Arrudo (cuyo nombre proviene del viejo término para los puentes de madera de construcción sencilla) acaba de cumplir un siglo de su construcción (1921/2021), sustituyendo a un anterior puente de madera levantado en 1855 con las aportaciones de muchos vecinos. Uno de los sillares del vallado de piedra que remata el puente en su tramo hacia Cabanzón muestra la grabación de la fecha de su terminación. 
El valor de este espacio durante gran parte del siglo XX fue de punto estratégico de comunicaciones para la comarca, ya que, además de ser una de las escasas infraestructuras que permitían la comunicación entre ambas orillas, el puente era una importante parada del autobús que hacía la ruta Pesués -Polaciones y que permitía a la gente de la zona, y de todo el valle, enlazar con el tren hasta Santander.
Eso supuso que, durante décadas, el entorno del puente tomase protagonismo como espacio de encuentro, lo que supuso la instalación en sus aledaños de Ayuntamiento, consulta médica, carnicera, taller, bolera, alojamientos y bares, espacios para bailes y ferias... 
Su superficie (que fue antes barrio de Cades y Bielva) alcanzó la categoría de localidad al instalarse allí el Ayuntamiento; primero en la orilla derecha del río, junto al vial CA855 que comunica todo el valle del Nansa, y actualmente en la orilla izquierda, junto a la carretera que lleva a Cades y que comunica Herrerías con el Valle de Lamasón.
La edificación del antiguo ayuntamiento está siendo rehabilitada para convertirse en un Albergue que ofrezca  servicio a los peregrinos del Camino Lebaniego.

martes, 7 de abril de 2015

BIELVA


Bielva se encuentra a unos setenta kilómetros de Santander y a 188 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 216 habitantes.
Etimológicamente el nombre de Bielva se cree que proviene de "bien va". Esta frase la utilizaban los residentes cuando la gente que pasaba preguntaba si iban bien a San Vicente de la Barquera. Ellos les contestaban “bien va, bien va”.
Bielva es una de las localidades primero documentadas de Herrerías, ya que aparece mencionada su parroquia en un documento del año 974 del Obispado de Burgos. Asimismo mantiene una necrópolis de origen medieval y su iglesia está documentada desde el año 1184.
Bolera del Zurdo de Bielva
En cuanto a su historia, sabemos que durante la Baja Edad Media su territorio pertenecía a la Casa de Ceballos, y cuando se formaron los primeros Ayuntamientos, durante el Trienio Liberal (1820-1823), Bielva pasó a pertenecer al Ayuntamiento de Val de San Vicente. Se integraría posteriormente, en 1835 a su municipio actual, Herrerías.
Entre sus ilustres, se encuentra Rogelio González (1896 – 1960), famoso jugador de bolos, mejor conocido como “Zurdo de Bielva”, el cual, ni era zurdo (aunque si jugaba con la izquierda), ni era de Bielva, pues había nacido en La Habana.
Ermita del Cristo
Las fiestas de la localidad se celebran el 14 de septiembre y la celebración que se realiza es en honor al Santo Cristo de los Remedios, reuniendo a gran cantidad de personas, durante el mismo día, el anterior, y el posterior. En dicha fiesta se compran las famosas “medías” del Cristo, unas cintas de colores que se pasan por las llagas de éste, para que, según la tradición, nos protejan. 
Otra de sus fiestas es Monides, el primer sábado de agosto, en la cual la gente de la localidad sube al humilladero que hay sobre el pueblo, en la Ería de Bielva, celebra una misa y come en compañía de los vecinos acompañados de música.
Entre su patrimonio destacamos la ermita del Cristo de Bielva, las escaleras de dicho Cristo, la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y su necrópolis medieval antes comentada, entre otros.