martes, 16 de junio de 2015

EL RÍO NANSA


El rio Nansa atraviesa de sur a norte la Comunidad de Cantabria desde el Pico Tres Mares (que es límite con Palencia), a más de 1100 ms de altitud, y desembocando en el Cantábrico en el vecino municipio de Val de san Vicente tras atravesar las sierras de Pechón y Prellezo, en una costa rocosa y acantilada, que favorece la formación del estuario de Tina Menor.

Recorre 46 km en su trayecto de los cuales 9 km y medio corresponden a territorio de Herrerías. El tramo de este municipio pertenece a su cuenca media, y se caracteriza por una apertura mayor del valle y un remanso mayor de sus aguas. El río ha sido, históticamente, un recurso principal de este territorio ya que no solo sirvio como medio de superviviencia de una agricultura y ganadería tradicional, sino que fue protagonista por su uso como generador de energía en una incipinete industria de molinos y ferrerías, y una posterior explotación hidroeléctrica más tarde.

El río Nansa está incluído como espacio protegido la Red Natura 2000 con la figura de Lugar de Interés Comunitario (LIC) Río Nansa. En la Directiva se destaca la gran diversidad de habitats naturales y seminaturales que ha supuesto la intervención y los cuidados de su población y señala como taxones interesantes varias especies animales y de su vegetación.

Destaca la vegetación de ribera de saucedas y alisedas comparten espacio con una importanbte presencia de castaño y robledal, acompañadas de los importantes pastizales, brezales y acebedas, los bosques de ribera toman contacto con hayedos y robledales en áreas muy forestales, o ven ocupados las márgenes con prados Entre la fauna interesante relacionada con el río se encuentra el salmón, el desmán y la nutria, todos ellos ligados a riberas con aguas de calidad y bosques.

Tal ve el recurso natural más valorado sea el histórico salmón del Nansa, asociado a una pesca deportiva que ha ido viendo como algunas de las infraestructuras e instalaciones que se han realizado en el río fueron complicando su existencia. Recientemente, en el embalse de Palombera, que sirve de límite de Herrerías, mediante la colaboración de Acciona y la Confederación Hidrográfica del Norte, se ha instalado un "ascensor" que permite a los salmones remontar esta dificultad. 

Hay dos cotos salmoneros en este espacio con una gran tradición deportiva, Los Olios y Bejar, en el que cada primavera se pescan trucha y salmón hasta terminar el cupo, que suele ser entrado el verano.

martes, 9 de junio de 2015

CABANZÓN

 Cabanzón se encuentra a unos setenta y cinco kilómetros de Santander, la capital de la región y a 163 metros sobre el nivel del mar. En 2008 (INE) contaba con 129 habitantes, 39 de los cuales viven en el barrio de Otero. En cuanto a su historia, Cabanzón ya aparece mencionada en el año 1111, en el Cartulario del Monasterio de Santillana del Mar. Por otro lado, a finales de la Edad Media, había en esta localidad vasallos de los condes de Castañeda, lo que indica que podría tener dependencia señorial. Durante el Trienio Liberal (1820-1823), formó parte del primer ayuntamiento de Val de San Vicente, pasando a Herrerías en 1835. Las fiestas de la localidad se celebran el fin de semana más cercano al 22 de julio, y la celebración que se realiza es en honor a Santa María Magdalena, inaugurándose las fiestas con un toque de campanas a las doce de la noche del viernes. La fiesta cuenta con romería y verbena. Entre su patrimonio destacamos la torre-fortaleza con barbacana, que servía de punto de control de los
caminos de Liébana a Val de San Vicente y de Asturias a San Vicente de la Barquera o Santillana del Mar, así como del paso del río Nansa, de finales de la Edad Media, y Bien de Interés Cultural, declarado desde 1992, su iglesia barroca, dedicada a Santa Eulalia de Mérida, una cruz de humilladero dedicada a la Virgen, y la famosa “Encinona de Cabanzón”, árbol singular por su edad. Destacar que perteneciente a Cabanzón es el núcleo urbano de Otero, barrio localizado encima de la localidad de Cades. Es un lugar que reúne las cualidades de los asentamientos arcaicos, premedievales, dadas sus características similares a la mayor parte de los emplazamientos de este tipo en el norte peninsular. Destacan los restos de su iglesia, dedicada a San Pedro, en las afueras del barrio, y de la que sólo se conservan algunas fachadas.