

Algo que parece confirmado es que ya existía en el año 1090, puesto que existe un documento de donación de la misma por algunos habitantes de “Valdeceles” (hoy Celis) a la actual parroquia de Terán, entonces Monasterio de Santa Eulalia de Cabuérniga.
En esta iglesia se diferencian, al menos, tres momentos de construcción:
Un primer momento en torno al siglo XI, como atestiguan algunos canecillos de tradición románica, como una cabeza de cerdo y una serpiente, que representan los pecados de la gula y la lujuria, respectivamente, aunque ambos están ya fuera de la iglesia, en sus inmediaciones. También, en su interior, se puede observar una típica concha de peregrino esculpida sobre plinto, propia de esa época.
Un segundo momento, donde se construiría la iglesia que hoy se conserva en ruinas, es decir, donde se reconstruiría la iglesia, en torno al siglo XIII, de una sola nave y en la que en su muro meridional se abre la puerta de ingreso, con ábside rectangular y con arco toral apuntado y moldurado, cuya bóveda se encuentra derribada. Aún conserva levantada la espadaña de dos troneras, terminadas en arcos de medio punto. En la cabecera presenta otra puerta con arco apuntado.

Debido a la similitud estilística de este segundo momento, en el que la puerta de esta iglesia y la de Santa María o Nuestra Señora de la Asunción en Bielva son prácticamente idénticas, hace pensar que esta reconstrucción del siglo XIII está relacionada con la familia Rubín de Celis, los mismos que tuvieron privilegios y asientos en la capilla mayor de la iglesia de Bielva, donde podían ser enterrados.
Un tercer momento se encuentra en el siglo XVI, en el que debió de abrirse la capilla lateral, seguramente sufragada también por la familia Rubín de Celis. Esta capilla, adosada a la nave, estaba cubierta con bóveda de crucería
En 1916 fue vendida a particulares por el Obispado de Santander, y desde entonces ha sufrido un proceso de abandono hasta su ruina actual. Debido a los saqueos producidos por su abandono, sólo se conservan algunos canecillos con relieves de motivos varios, sus paredes y algunas de las cubiertas abovedadas, pero el techo y la nave están hundidos, y las zarzas y una densa vegetación se han adueñado en su totalidad de dicho espacio recubriendo muros, nave y alrededores del templo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario